
Hay una canción que se hizo muy popular en el año 1973… ¡Ufff! El siglo pasado, titulada Eres Tú [La puedes escuchar en el enlace electrónico al final de este post].
- Ese año de 1973, el mismo año que en Estados Unidos se legalizó la muerte de niños en el vientre materno, como un derecho. El año en que se lanzó la primera estación de laboratorio espacial Skylab. El año en que en Elvis Presley lleva a cabo el primer concierto Aloha from Hawái transmitido en vivo vía satélite a todo el mundo ―excepto el bloque comunista― que fue visto por más personas que el alunizaje del Apolo II. Año en que termina la fatídica guerra por ocho años y medio con Vietnam. Año en que se realiza la primera llamada inalámbrica con tecnología celular. Muchos más acontecimientos de lo que podemos recordar los nacidos desde entonces.
Pero, esta canción, que ganó el famoso certamen musical de Eurovisión 1973 en la participación de España por un grupo de nombre Mocedades y del autor Juan Carlos Calderón, se volvió una de las más populares de la época y escrita en la memoria de muchos. Quedó incrita en mi memoria de niña de tan sólo 5 años de edad… ¡Ups!… te ruego que no calcules mi edad por favorrrrrr!!!!
Esta canción Eres Tú sin ser un himno religioso retrata las figuras del Espíritu Santo de Dios y de Cristo. No hay certeza si el autor se inspiró del todo en la fe, pero ciertamente Dios ha utilizado esta canción para traer su memoria de gracia a mi alma. Esta canción trae a mí las memorias del Espíritu de Dios en los elementos del agua, del fuego y del pan.
En esta ocasión hablemos del fuego. En el plano material, el fuego proporciona luz, nos calienta en el frío, cocina los alimentos, purifica los metales, regenera la naturaleza en ciertos campos, esteriliza lo contaminado, cauteriza una herida para no desangrarse, entre otras funciones.
En la historia del pueblo de Dios, dice la Biblia que Dios mismo encendió el fuego en el altar. Le fue asignado a los hombres traer leña al fuego cada mañana y no dejarlo apagar [Levítico 6:12-13]. Nosotros, cuando decimos que sí a Cristo, recibimos el fuego del Espíritu Santo de Dios el cuál es nuestra responsabilidad mantener avivado.
Por eso quiero que reavives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no nos hace cobardes, sino que él es para nosotros fuente de poder, amor y buen juicio.
2 Timoteo 1:6-7 palabra de dios para todos
Para que un fuego se mantenga encendido en una chimenea o fogata depende de la calidad de la leña que uno le ponga. Si esa leña todavía está algo verde en su centro, no generará el calor que debería, pues tiene un grado de humedad no aceptable para la combustión. Sólo basta que ese centro tenga alrededor de un 20% de humedad para que el fuego no dure, contamine y haga daño. Esa es una leña inmadura, no curada, que genera más humo, más suciedad, un olor bastante molesto y una experiencia tan desagradable que tendríamos que irnos de ese lugar.
Por el contrario, una leña seca, madura, curada, aunque esté expuesta en el patio y se moje con la lluvia, bastará unas cuantas horas al lado del calor o volverse a secar al sol para ser útil. Por eso, en los países dónde el frío es cruel, se aprovecha la temporada menos fría para acumular los buenos troncos a ser curados y estén en condiciones para encender el fuego en el invierno.
En resumen, no es lo mismo una leña húmeda que una leña mojada. La húmeda es la leña inmadura aun verde en su interior y la mojada es la leña previamente seca y curada. La leña curada está lista para recibir agua, sol, sereno y ser encendida para un fuego de calidad.
¡Vamos a profundizar! Te has preguntado si estás invirtiendo en leña de calidad para crecer en el fuego del Espíritu que Dios cada día. ¿Estás sometiendo tu espíritu a ser curado por Dios y estar listo para el tiempo del fuego de la prueba? ¿Es tu obrar una buena leña para ese fuego limpio que no contamina o una leña inmadura que no calentará tu alma y tu hogar? ¿Te estás sometiendo al tratamiento? ¿Estás asumiendo tu parte?
No apaguen el fuego del Espíritu.
1 Tesalonicenses 5:19 Dios Habla Hoy