
Cuando mi hijo mayor estaba entre los tres a cuatro añitos, me decía en una voz tan melodiosa, cantarina y acariciante: «Mamá, no te pocupes» osea, que ¡No me preocupara!
Si eres seguidor de mi blog, sabrás que he compartido sobre mi transformación gracias a la maternidad. Que tengo unas vivencias profundamente transformadoras y poderosas, gracias a esos momentos difíciles con la pérdida perinatal de mis dos bebés de cinco meses de gestación.
Creo que debido a esas péridas, durante la crianza del primer hijo que sí sobrevivió [y aún está conmigo] por una ventana de tiempo quizás mis cuidados eran muy especiales. No creo que mis cuidados eran extremos, pero era obviamente notable para mi pequeño y por esa razón Dios le usaba para que me dijera a menudo: «Mamá, no te pocupes.»
Ciertamente, Dios nos habla a través de nuestros niños. Mi chico hoy tiene 21 años y hace poco le dije: «Papi, te acuerdas cuando me decías, Mamá no te pocupes»… Este hombre guapo al que tanto amo me contestó: «Y todavía te lo digo… no te tienes que preocupar.»
Acumulo versos bíblicos y los anoto por dónde quiera, esa es una táctica para equilibrar mi mente y gozar de un espíritu más tranquilo en tiempos tan retantes como estos. Aquí te comparto una pequeñísima muestra de los que tratan sobre como manejar la preocupación. De hecho, es uno de los asuntos de los que más se habla en la Biblia. Estos están en la versión Nueva Traducción Viviente:
- No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
- Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10 - Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Mateo 6:25
- Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7
- Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. Mateo 6:34
- Cuando en mí la angustia iba en aumento,
tu consuelo llenaba mi alma de alegría. Salmo 94:19 - No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. Juan 14:1
- La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. Juan 14:27
Yo le digo al SEÑOR:
«Tú eres mi refugio, mi fortaleza.
Dios mío, confío en ti».
salmo 91:2 palabra de dios para todos
¡Escojamos la mejor parte! Aunque la preocupación sea inevitable, tenemos la opción de rechazar que la misma se apodere de nosotros. ¡Eso es totalmente posible! Mientras estemos enfocadas en la fuente de todo Poder: Jesucristo.
Que hermoso! ❤️ El cuida de nosotros! “No te preocupes, Isabelita”! ❤️ Un abrazo Clary!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Parece que fue ayer… mi bebé!!! Dios les usa, definitivamente para escribir en nuestro corazón a través de ellos.
Me gustaMe gusta